Cinco días en el paraíso
Todos los viajes son especiales pero en este caso muchos factores confluyeron para que sea no solo especial sino uno de mis viajes más memorables. Para empezar se trataba del "viaje de prom" de mi hijo, ¡su primer vuelo! y nuestro primer viaje juntos, así que luego del permiso de mis médicos partimos a nuestros cinco días en la hermosa ciudad de Tarapoto. Algunos le dicen la "Ciudad de las palmeras" pero créanme que el título se queda corto y tanto esta ciudad como todas las demás que visitamos nos hicieron girar los ojos en torno a la generosidad del planeta.
Sin embargo, además del potencial armónico de cada paraje lo que más me hace sentir orgullosa es la relación que a lo largo de estos años he construido con mi hijo y que en estos cinco días se hizo evidente. A pesar de que me hospedé lejos de él y traté de mantenerme al margen para no mermar la diversión y conexión con sus amigos esto no fue impedimento para que esté constantemente pendiente de mí y de pronto, poco le importaba darme el encuentro frente a todos y abrazarme, engreírme, tomarse fotos conmigo, confiarme las palomilladas que hacía con sus patas y hasta pedirme consejos sobre la resaca. Esta conexión que se ha alimentado año tras año y que hoy a pesar de sus 17 es más fuerte que nunca es un verdadero regalo, sin esa magia no habría sido igual la experiencia de volver a la selva y comer las sikisapas* en Lamas o ascender a la montaña con mis clavos y mis muletas hasta la catarata del Aguashiyacu. Solo quienes me conocen a la perfección comprenderán la emoción que sentí cuando llegamos al Museo Chanka y Patrick me dijo extasiado: ¡Mami, uno más para la colección! Mi alegría crecía aun más cuando de lejos lo notaba interesado por la explicación de los guías y cuando notaba el respeto que mostraba por las costumbres locales, tratando -por ejemplo- de aprender bien los pasos de las danzas para bailarlas con los lugareños.
Esas fueron las verdaderas maravillas del viaje: Tarapoto, Lamas, La Rioja, Moyobamba... Todo fue maravilloso y un día antes de volver disfrutamos de un hermoso paseo a Sauce en donde degustamos como dos niños traviesos la infinidad de tragos exóticos de la zona, manejar una moto acuática y luego navegar por la laguna de Saucecocha** cuya belleza no consigo describir con palabras.
Esta fue una de las más hermosas experiencias del año, nuestros cinco días en el paraíso.
U.
*Sikisapas: Hormigas gigantes de la zona, llamadas también "hormigas culonas" o "Mamacos"
**Saucecocha: Comercialmente conocida como "Laguna Azul"