La huaca es Poesía

septiembre 25, 2016 0 Comments A+ a-


Volver a Mateo Salado ha sido un maravilloso regalo.
Han pasado casi 5 años desde la primera vez que pude recorrer sus pirámides, conocer su historia y admirar mi ciudad desde su cima más elevada. Cada vez que la visitaba volvía a enamorarme: recorrerla era como conectarme conmigo misma, con nuestros ancestros, con la misma tierra. 
Ayer volví feliz a ella pero esta vez acudí al llamado de la poesía. Leí mis poemas protegida por la imponente pirámide y pude ser partícipe de una velada especial en la que conocí a talentosos poetas y me reencontré con amigos, conocí personalmente a Sonaly Tuesta cuyo trabajo admiro desde hace mucho y descubrí encantada su faceta no muy conocida de poeta; mi amigo y arqueólogo Pedro Espinoza me obsequió su libro "Las cabezas  de la hidra" -que ya empecé- y me fui feliz con los obsequios que el Ministerio de Cultura había preparado para los poetas que participamos del recital. 



Esta conjunción entre mis dos grandes pasiones -la historia & la poesía- ha causado una vorágine que me ha dejado en un estado de corto circuito, pero uno de los detalles mágicos que me dejó esta noche fue conocer a Alejandro: Ni bien se dio cuenta de mis muletas estuvo pendiente de mí, con el mayor de los cuidados me condujo a ver a las arañas tigre camufladas entre los arbustos, me regaló un capullo de flor que guardé en mi bolso y al finalizar la noche, minutos antes de despedirnos, me dedicó un poema que luego su mami tuvo que escribir en un papel para mí porque sus cinco añitos aun no le alcanzan para escribirme la dedicatoria que finalizó la velada a la perfección.

Fue indiscutiblemente una noche hermosa.

U.