Golpe bajo
Ahora entiendo por qué desde que salí de la clínica te he pensado tanto. Y es que se me hacía raro que te hayas ido a vacacionar al norte como me dijeron luego de haber estado durante esos doce días en la clínica pendiente de mí, engriéndome como cuando era pequeñita y me iba de vacaciones a casa de mis abuelitos y me preparabas tus delicias. O como aquella vez que me visitaste en la maternidad e improvisaste con una rosita plástica que me diste de regalo, esa rosita que he guardado todos estos años como uno de mis más grandes tesoros.
¡Tantos días he despertado pensando en ti! Tu carita sonriente asaltaba mi mente, cuánto te he extrañado sobre todo cuando era fin de semana y salía el sol. Me la pasaba mirando la reja del patio de mi casa, esperando que llegaras de improviso como solías llegar, con tu look de artista a lo "BraK Pitt" como decías, con tu camisita ligeramente abierta, tu cadenita de oro y tus infaltables lentes negros trayendo las infaltables chelitas. Cambiabas nuestros planes de domingo pero nos compensabas con las risas contagiosas que siempre nos provocaban tus chistes inventados en el momento... Te celebrábamos siempre, porque eras maravillosamente especial, maravillosamente tierno, maravillosamente nuestro.
Ahora entiendo por qué desde que salí de la clínica te he soñado tanto. Lamento mucho haber torturado a papá cada vez que inocentemente preguntaba por ti y me decía, "sigue en el Norte" con sus ojitos serenos. Entonces yo creía que él también te extrañaba pero no me inquietaba, te imaginaba con tu chelita paseando por la playa, disfrutando del sol, dejando que el mar de la playa de tus amores moje tus pies y sonreía... Solo el mar podía enamorarte tanto como para no venir a verme y pensé que en cualquier momento vendrías a abrazarnos como siempre.
Ayer después de festejar el nuevo año lo descubrí. Maldito 2014, ¡qué golpe tan bajo me has dado! Ahora sé que jamás volverás. Ahora descubro que la playa adonde viajaste está mucho más allá de lo imaginado, que no volveré a besar tu frente peladita, ni a disfrutar de tus locuras, ni a reírme a carcajadas con tus chistecitos inventados. Jamás volveremos a reír bajo el sol en nuestra terracita tan llena de tu recuerdo, ni a escucharte cantar "Cholo soy" con el alma como tanto te gustaba, no volverás a bailar el "tema del verano" con mi tía Toñita, ni a cantar como Roberto Carlos a dúo con papá en falso portugués. La noticia me ha golpeado como detonante en el centro exacto de mi corazón.
Tío, esta "sobrinita de tu alma" -como me llamabas- ha muerto un poquito ayer con la noticia de tu partida. Prometo volver a ponerme de pie para que sigas orgulloso de mí como últimamente me decías. Yo también estoy orgullosa de ti, mi chef preferido, mi lindo hombre con corazón de niño, noble como ninguno, por favor, no dejes de visitarme en mis sueños, prometo dejarte ganar si bailamos de nuevo, comer un cevichito juntos y dejarte contar una y mil veces cómo ayudaste a tanta gente a sobrevivir después del Katrina en tu paso por Biloxi - Mississipi aunque nos sepamos la historia de memoria. Gracias por el amor que nos diste, por querernos de esa manera tan incondicional, por estar presente en nuestros momentos más importantes. Tío Urielito, aún no comprendo por qué tuviste que partir tan sólo un día después de tu última visita en la clínica, justo cuando me dieron de alta. Me dejas un agujero INMENSO en el pecho, tu querida "Ursululu" te extraña demasiado, jamás te olvidaré, te amo tío, te amo.
Nada será lo mismo sin ti. Descansa en paz.
En memoria de Uriel Alvarado.
U.